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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL cubierto de pedruscos, no carece de encanto; su misma rusticidad lo hace pintoresco y bello». Hoy este camino está perfectamente asfaltado y a su vera no queda matorral alguno ... ;Ha perdido el encanto de su rusticidad! «El término de Abáigar confina por el Norte con el de Murieta, pueblo vecino situado en la carretera y que, por lo tanto, dista de Abáigar kilómetro y medio; por el Oeste con el de Murieta también, y con el de Oco, a dos kilómetros; por el Sur con Olejua, situado a cuatro kilómetros, y con Villamayor a siete; por el Este con Labeaga y el caserío de Santa Gema, a dos kilómetros y medio». Labeaga es u n lugar del Municipio de lgzizquiza y el caserío de Santa Gema constituye los restos de la Ermita de la misma Santa, que a su vez es u n recuerdo de u n antiguo monasterio «donde se confeccionaron libros interesantísimos lleva- dos a Roma antes de la invención de la imprenta», segzin informe de David Pérez Ilzarbe, en su Navarra a la vista, Pamplona, 1950. «En Abáigar es, en general, el terreno llano; únicamente por la parte Este tiene dos altos de poca importancia: el monte del pueblo y el Calvario. El primero es alargado y se halla cubierto de encinas y de robles; las faldas del segundo están dedicadas al cultivo de cereales, y en la cima hay una capilla cerrada que guarda un santo Cristo y que solo se abre los días en que los abaigarenses acuden allí en procesión. En torno de dicha capilla hay varias cruces, y por esta misma parte pasan los ,vecinos del barrio alto para ir al río, aunque en realidad no hay camino señalado». En este alto del Calvario existe hoy una zona residencial con una concesión del Ayuntamiento para u n conjunto de chalets de veraneo, algunos de ellos construidos y habitados en verano, y una hermosa piscina municipal, atracción irresistible para los niños y jóvenes del lugar. 3 .-Extensión superficial «La extensión del territorio de Abáigar es de 604 hectáreas, divididas en la siguiente forma: huertas, una hectárea; tierras de labor, 380; viñas nuevas, 4; plantados de vid americana, 4; pastos, 141; alamedas, 4; terreno poblado de robles, 46; idem de encinas, 24; que en suma componen las 604 hectáreas indicadas». Naturalmente el municipio comprende hoy la misma superficie, pero su distribución ha variado casi por completo; no queda viña alguna, n i como recuerdo, y no por la filoxera, plaga del siglo pasado, sino por el esfuerzo conjunto que tuvo que hacer el pueblo al llegar hace algo más de diez años a la realización de la concentración parcelaria. Por otra parte, los pastos naturales se han

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